MIGUEL CHICHARRO. ARQUITECTURA: TORRES, LA CONQUISTA DEL CIELO

Si las ciudades se estiran horizontalmente, las torres crecen hacia el cielo como la lenta ascensión de una flecha y, como la flecha, a veces se rematan en afilada punta que desgarra la carne o, yerra en su propósito, describiendo una parábola congelada en un cielo de plomo. En sus entrañas, aviones de juguete galácticos cruzan una espesa selva poblada de seres extraordinarios; maniquís de cartón visten ropa deportiva; un bar de barrio ofrece bocadillos calientes; una orla luminosa sale serpenteando de una oscura ventana y, en letras doradas, la leyenda: deo ignoto; el Adán de Durero, única y solitaria presencia humana, da cuenta de la escala monumental de la construcción.   

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Tras el diluvio las gentes intentaron construir una ciudad y una torre que llegara al cielo.
Dios confundió su lengua y frustró así sus designios.

Génesis 11:1-9

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LOS TIEMPOS DEL CIELO Y DE LA TIERRA NO GUARDAN RELACION

Mahoma, según las tradiciones islámicas, fue arrebatado hasta el séptimo cielo por la resplandeciente yegua
Alburak, y dialogó en cada cielo con los patriarcas y ángeles que los habitan y sintió un frío que le heló el corazón cuando la mano del Señor le dio una palmada en el hombro. Al dejar la tierra, la pata de Alburak había volteado una jarra; a su regreso de la larga peregrinación, el profeta la levantó antes que se derramara una sola gota.

Sale, Prólogo del Corán.

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EL CEMENTERIO MARINO

¡Templo del tiempo que un suspiro asume!
Yo subo a su pureza y acostumbro mi marina mirada al rodearme.
Como a los dioses en mejor ofrenda dejo que el agua rutile sembrando un desdén soberano en las alturas.

P A U L V A L É R Y